EL NIÑO ELEFANTE

WONDER

Cine existencialista.

Estados Unidos. 

Título de 2017 dirigido por Stephen Chbosky llamado WONDER.

Cuando en 1980 David Lynch dirigió su segunda película EL HOMBRE ELEFANTE recibió ocho nominaciones al Óscar, incluyendo mejor película. Finalmente no consiguió llevarse ninguna estatuilla, pero se convirtió en una obra de culto que seguimos recordando casi cuarenta años después. Las similitudes entre WONDER y THE ELEPHANT MAN son palpables desde un primer momento. Aunque los dos films son adaptaciones de libros distintos y de distintas épocas, la historia es la misma y lo que WONDER hace es adaptar la peli de Lynch en una película para ver en familia.

Lynch nos sitúa en el Londres del Siglo XIX en el que proliferan los circos con espectáculos freak, en una de sus paradas encontramos a John Merrick (John Hurt), un hombre deforme por culpa de sus noventa tumores fibrosos repartidos por su cuerpo, el cual es exhibido y tratado como si de un monstruo o una bestia se tratara. Cuando el doctor Frederick Treves (Anthony Hopkins) conoce de su existencia, le intenta brindar una vida mejor, pronto se dará cuenta que John no es ningún monstruo. Su sensibilidad y sus sentimientos serán reconocidos cada vez por más personalidades.

En WONDER, el director Stephen Chbosky nos trae su versión de El Niño Elefante. 

August Pullman es un niño de 10 años deforme de nacimiento. Hasta el momento sus padres Isabel Pullman (Julia Roberts) y Nate Pullman (Owen Wilson) no han escolarizado a su hijo, por lo que August no se ha visto expuesto en ningún momento. Cuando llega ese día y entra en el cole por primera vez, nosotros entramos con él y experimentamos juntos una montaña rusa de sensaciones.

Lo bueno de WONDER es que teniendo todos los ingredientes de un telefilm de sobremesa y pudiendo caer fácilmente en el melodrama, la sensiblería y la lágrima fácil, no lo hace. Y el reparto trabaja desde el minuto uno con su buen hacer para que esos kleenex empapados sean justificados. Lloraremos, sí, y lo haremos como nunca antes, pero no nos quedará la sensación de que nos han engañado.