Parte II
La explosión fue 500 veces mayor que la ocasionada por la bomba de Hiroshima (Little Boy) en 1945. El vapor generado destruyó el techo de hormigón. El núcleo del reactor quedó expuesto al exterior, lo cual, no hizo más que agravar las cosas. La radiación fue de 20.000 röntgens a la hora, mientras la dosis letal para el ser humano era de 100 röntgens a la hora. Dos personas murieron en el acto. Las agujas en los dosimetros de los trabajadores marcaban su máximo. Sabían que estaban expuestos a dosis muy altas de radiación. Pero, no sabían cuánto, pues sus aparatos no daban para más.
Los bomberos acudieron a sofocar el incendio. Muchos de ellos, murieron. Sus ropas fueron escondidas en el sótano del hospital, debido a su alta radiación.

Los Servicios de Emergencia arrojaron 4.500 toneladas de plomo, arena y arcilla para así poder absorber la radiación.
Los habitantes de la zona no fueron evacuados hasta 36 horas después. De la zona de exclusión fueron trasladadas 116.000 personas. Esta era de un radio de 30 km, aunque se estima que la radiación pudiera haber afectado a una área de 150.000 km2 . La nube radioactiva se expandió por gran parte de Europa.
Para llevar a cabo las labores de extinción se necesitó la ayuda de héroes anónimos. Los liquidadores, como así les llamaron. Éstos eran empleados de centrales nucleares; bomberos ucranianos, soldados y mineros provenientes de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y otras partes de la Unión Soviética.
Los mineros cavaron un túnel bajo el reactor (o lo que quedaba) para bombear nitrógeno líquido y así evitar que el combustible nuclear llegará a las aguas subterráneas de la zona, evitando así una explosión aún mayor que hubiera acabado con gran parte Europa.
Un grupo de soldados realizaron incursiones cronometrados al techo de la central para limpiar los restos de grafito y otros escombros expulsados en la explosión. Estos 3.400 hombres fueron apodados «Biorobots», en unos segundos absorbieron dosis de radiación equivalentes a una vida.
La Unión Soviética intentó ocultar los hechos. Una central nuclear sueca, empezó a detectar altos niveles de radiación y se dieron cuenta que ésta provenía de la Central de Chernobyl.
Dos días después del accidente, el nivel de radiación en Berlín era dos veces superior a lo normal.
Sólo se contabilizaron 31 muertes directas, pero si contamos todos los fallecidos por cáncer en la zona, serían entre 40.000 y 100.000. Aunque algunos estudios dicen que incluso 500.000 personas se vieron afectadas.
Esto, no acaba aquí, en 2006 el Ministro de Sanidad Ucraniano dijo que 2’5 millones de compatriotas pudieron verse afectados.
En julio de 1986 se empezó a construir el primer sarcófago de Chernobyl, una estructura que retendría la radiación durante 30 años.
En 2016, pasados ya 30 años, se colocó el nuevo sarcófago. Se hizo de la siguiente manera, poniendo unas ruedas para su posterior traslado y colocación sobre el antiguo.

Una de las tareas más complicadas aún está por llegar. En el año 2023 se espera terminar con la destrucción del antiguo sarcófago, es un trabajo muy delicado pues implica trabajar dentro del reactor.
«Chernobyl fue la causa de la caída de la Unión Soviética», dijo Mijail Gorbachov (su último líder).
El 26 de Abril de 1986 es una fecha que debe quedar grabada en la memoria colectiva, para que esto no vuelva a ocurrir.
Desgraciadamente, 25 años después, en Fukushima (Japón), ocurrió algo similar.
Quien juega con fuego se quema.
4 comments
¡Felicidades María! has escrito muy bien sobre el tema, aportas información que no conocía y has hecho una buena selección de las imágenes, la foto de las mascarillas me ha impresionado. Sigue escribiendo para poderte leer. Ánimo. Lupe
Gracias, Lupe. Soy María. Espero verte pronto.
Me ha gustado mucho como lo as explicado muy sencillo para que lo comprenda gracias filo
Gracias, Abuela. ????